martes, 8 de junio de 2010

Un día malo, o dos, lo tiene cualquiera (al menos eso quiero pensar)

   Bueno, la gente se puede preguntar el porqué de esta entrada. La causa es bien sencilla, pero a la vez difícil de comprender, puede parecer. Pero es que todo el mundo tiene días malos, si no preguntadme a mí. Comenzamos con el lunes. Examen a las ocho y media. Estudiando todo el fin de semana, y cometo un error muy "tonto", pero a la vez importante. ¿A quién se le ocurre confundir coordinadas con subordinadas?, os podéis preguntar. Realmente, sé diferenciarlas, de hecho iba a poner que eran coordinadas, pero al ver que eran todas subordinadas pensé, ¿y si son todas subordinadas? Me entraron los sudores, me puse nervioso, y finalmete decidí ponerlo como subordinada. Pero eso no es todo. A raíz de aquí me comencé a encontrar mal, lo veía todo negativo y veía como si la gente no me tratase igual de amable. Quizás esto fue como una "explosión" a lo que iba acumulando. No sé, era una situación extraña, en definitiva.

   Pero la cosa no acaba aquí. Hoy, martes, tenía dos exámenes, también muy bien preparados, y de dos asignaturas que se me dan muy bien, matemáticas e inglés. Affortunadamente, el de inglés me salió bastante bien, pero del de matemáticas...mejor ni hablar. No voy a suspender, ni mucho menos, pero voy a bajar considerablemente nota. En un ejercicio que sabía hacer, sabía qué fórmulas aplicar, etc. la calculadora o el planteamiento me jugaron una mala pasada, y fallé donde peor podía ser el resultado. Además, en otro ejercicio, de solo medio punto, creó que también fallé, así que, en fin...Luego, tener que soportar tonterías como que me llamen golum (no sé quién lo ha dicho, pero dicen que me han llamado lo mencionado), que ya me diréis qué es eso, porque vamos. Aunque este tema prefiero creer que es solo una broma. Y así puedo sumar unas cuantas cosas, pero de las que paso, porque son tonterías.

   Bueno, de todas formas no me voy a poner como el hombre del vídeo de a continuación, que sí que debe estar muy amargado.